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UN EQUIPO DEL CSIC IDENTIFICA UNA NUEVA DIANA PARA INHIBIR LA INFECCIÓN POR EL VIRUS DEL SIDA

Salud General
  • La clave del éxito del VIH para infectar linfocitos podría residir, según los autores, en el mecanismo descrito en el estudio
  • El hallazgo aporta datos relevantes para entender las fases iniciales de la infección por el virus del sida

Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha identificado una nueva diana terapéutica para evitar la infección celular por parte del virus VIH. El trabajo, que publica en su último número la revista Nature Cell Biology, describe el mecanismo que sirve al virus del sida para reorganizar el esqueleto de la célula durante la infección.

En este proceso, según los autores, radica posiblemente el éxito de este virus para infectar las células del sistema inmunológico, los linfocitos T.

El estudio ha sido dirigido por el investigador del CSIC Santos Mañes, que trabaja en el Departamento de Inmunología y Oncología del Centro Nacional de Biotecnología (del CSIC), en Madrid. En concreto, los autores identifican como nueva diana para inhibir la infección por VIH el siguiente mecanismo: bloquear la interacción entre una proteína de unión del esqueleto celular, la Filamina A, y los receptores celulares del virus.

El investigador del CSIC aclara algunas de las conclusiones del estudio: “El trabajo identifica la molécula clave que conecta los receptores del virus del sida con la maquinaria celular que éste utiliza para reorganizar el esqueleto celular durante el proceso de infección”.

En su opinión, el hallazgo supone un avance conceptual relevante para entender las fases iniciales de la infección por VIH y para identificar nuevas dianas que frenen la pandemia del sida.

Mañes contextualiza el hallazgo: “Cada una de las células del organismo posee un esqueleto, el citoesqueleto, que determina su forma y provee el soporte interno necesario para que funcione”. Ante cualquier estimulo externo, como un intento de infección, el citoesqueleto reacciona reorganizándose mediante un complejo sistema en el que juegan un papel esencial un determinado tipo de enzimas, las Rho GTPasas.

El equipo del investigador del CSIC había determinado en anteriores trabajos que el virus del sida necesitaba activar una de las citadas enzimas, la RHO-A, para entrar dentro de la célula y poder infectarla.

Ese trabajo inicial ha dado pie a la nueva diana: “El equipo intentó analizar cómo se activa RHO-A cuando el virus se une a la célula. Este camino nos llevó hasta una proteína de unión del citoesqueleto, la filamina A”, apunta.

El autor del trabajo y su equipo descubrieron que esta proteína, en caso de infección, ancla los receptores del virus del sida con el citoesqueleto de la célula y, simultáneamente, activa la enzima RHO-A.

LA CLAVE DEL ÉXITO DEL VIH

Mañes, en colaboración con la también investigadora del CSIC Sonia Jiménez y la científica de la Universidad de Padua Antonella Viola, defiende el papel crucial de la Filamina A en el proceso de infección de VIH: “El éxito del virus del sida para infectar las células del sistema inmunológico, los linfocitos T, posiblemente resida en el mecanismo descrito en este estudio”.

A partir de los datos obtenidos por éste y anteriores trabajos, los investigadores postulan que el VIH se apropia del mecanismo fisiológico que activa a las células de defensa del organismo del ser humano, los linfocitos T, para entrar en ellas y eliminarlas.

Este proceso depende de la función de la Filamina A que, cuando interacciona con los receptores del virus, inicia un proceso de recolocación de receptores que es muy similar al que ocurre durante la activación de los linfocitos T. Así pues, el bloqueo de esa interacción, a juicio de los autores, constituye una diana terapéutica para evitar la infección por VIH.

Mañes explica cuáles son, a partir de este momento, las posibles aplicaciones del hallazgo: “Los compuestos que se han probado para bloquear la interacción no han resultado muy tóxicos. Sin embargo, se deben encontrar nuevos fármacos para determinar que el hallazgo tiene una aplicación terapéutica real”.