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Fobia social.

Salud General

La fobia social es uno de los principales motivos de consulta dentro de los trastornos de ansiedad. Puede afectar hasta un 4,5 % de la población, y se calcula que hasta un 9% la ha padecido (un gran porcentaje en sus vertientes más leves) en algún momento de su vida.

La fobia social causa importantes problemas a aquellos que la padecen. Puede causar un peor rendimiento laboral y académico si el trabajo o los estudios exigen la implicación en actividades sociales o actuaciones en público, menor número de contactos sociales, dificultad para establecer relaciones intimas (hasta un 40-50% de los fóbicos sociales carecen de pareja), y mayor propensión al abuso de sustancias (alcohol, ansiolíticos y tabaco, sobre todo). Las personas que padecen fobia social son más propensas a sufrir problemas de baja autoestima, sentimientos de inferioridad, y se producen mayores intentos de suicidio que cualquier otra fobia.

Sería interesante desterrar algunas de las creencias populares acerca de la fobia social:

  • Aunque se suele hablar de timidez y fobia social de forma indistinta, como si estuviésemos hablando de lo mismo, no es así, aunque un porcentaje de fóbicos sociales son tímidos.
  • Tampoco son personas que no deseen el contacto social. Muy por el contrario desean con mucha fuerza aquello que temen. Es decir, no son asociales, ni quieren permanecer aislados, aunque eviten dichas situaciones para no tener que sufrir la ansiedad que les causan las mismas.
  • Un porcentaje importante de las personas que llegan a nuestra consulta tienen un buen nivel de habilidades sociales, por lo que ese no suele ser el problema. También es cierto que la falta de práctica suele oxidar los mecanismos que ayudan a relacionarme con el otro. Para ilustrar este hecho esta la historia del ciempiés y la hormiga:

Una hormiga le pregunta a un ciempiés que cómo es capaz de coordinar todas esas patas para andar. El ciempiés se para a pensarlo y, a partir de ese momento, ya no supo volver a caminar.

El problema, por lo general, no va a estar en una falta de capacidad, a pesar de que la persona que padece esta fobia continuamente haga referencia a ella para explicar el porque de sus actuaciones fallidas. Si a un ordenador le pasas un antivirus mientras conectas el Messenger y tienes descargándote un montón de archivos de de la red, es posible que cuando quieras utilizar un procesador de texto, éste vaya lento. El problema no es un procesador de texto mal construido, sino más bien todas las interferencias que se dan debido a la acción conjunta de las otras acciones que dejan sin memoria RAM al ordenador y lo enlentecen.

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  • Descripción del problema.

La fobia social se caracteriza por ser un miedo intenso y persistente en respuesta a ciertas situaciones sociales o actuaciones en público de la persona. La persona que padece fobia social teme ser descubierta, es decir, que los demás le perciban como incapaz de manejar las interacciones con los otros. Y además, es el miedo a que los otros perciban que dichas situaciones son temidas por las persona. Es por eso que viven constantemente el temor a ser desenmascarados, y que los demás vean que sienten nerviosismo y vergüenza en dichas situaciones. La consigna en este caso es ocultar a toda costa que se siente vulnerable.

Si atendemos a los criterios de clasificación diagnostica del DSM IV, estos son:

A: Temor persistente y acusado a situaciones sociales o a actuaciones en público por temor a que resulten embarazosas.

B: La exposición a estos estímulos produce casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad.

C: El individuo reconoce que el temor es excesivo o irracional. Puede que esto no suceda con los niños.

D: Se evita las situaciones sociales o actuaciones en público aunque a veces se pueden soportar con sumo terror.

E: Esta evitación o ansiedad ha de interferir marcadamente en la rutina diaria del individuo.

F: En personas menores de 18 años los síntomas han de persistir al menos 6 meses.

G: La evitación no se debe a efectos fisiológicos directos de una sustancia o a una enfermedad médica y no pueden explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental (ej. trastorno de angustia, ansiedad de separación).

H: Si hay otro trastorno mental (ej. tartamudez, etc.) el comportamiento de evitación no se limita a la preocupación por su posible impacto social.

  1. ¿Qué situaciones teme una persona con fobia social?.

Diferenciaríamos entre fobia social generalizada y fobia social específica o circunscrita, dependiendo si teme a la mayoría de interacciones sociales o unas pocas. El primer grupo constituye alrededor del 60% de personas tratadas con este problema. Los fóbicos sociales generalizados suelen presentar mas ansiedad y evitación social, mas déficit de interacciones sociales, y presentan más síntomas de ansiedad y depresión. Es más frecuente que se encuentre el abuso de sustancias y se encuentra una mayor morbilidad con otros trastornos. Las personas con fobia social circunscrita presentan una menor ansiedad subjetiva, pero una mayor tasa de respuesta cardiaca. Esto puede ser indicador para algunos de que la fobia social circunscrita se refiere a una fobia de manera clara, mientras que la fobia social generalizada es una variante del trastorno de personalidad por evitación, el cual es muy difícil de diferenciar de la fobia social generalizada.

Algunas de las situaciones que los fóbicos sociales evitan son las siguientes:

1. Intervención pública: hablar/actuar en público, presentar un informe ante un grupo, intervenir en grupos pequeños formales.

2. Interacción informal: iniciar, mantener y terminar conversaciones (especialmente con desconocidos), unirse a una conversación o actividad ya en marcha, hablar de temas personales, hacer cumplidos, expresar amor, relacionarse con el sexo opuesto o preferido, concertar citas o acudir a las mismas, establecer relaciones íntimas, asistir a fiestas, conocer gente nueva, llamar a alguien por teléfono, recibir críticas.

3. Interacción asertiva: solicitar a otros que cambien su comportamiento molesto, hacer una reclamación, devolver un producto, hacer o rechazar peticiones, expresar desacuerdo/crítica/disgusto, mantener las propias opiniones, interactuar con figuras de autoridad.

4. Ser observado: comer/beber/escribir/trabajar/telefonear delante de otros, asistir a clases de gimnasia o danza, usar los servicios públicos (cuando hay otras personas cerca o hay alguien esperando fuera o se piensa que alguien puede acudir), entrar en un sitio donde ya hay gente sentada (aulas o transportes públicos), ser el centro de atención (en una fiesta de cumpleaños).

 

En las personas con fobia social existe una tendencia a centrarse en sí mismo en la interacción social, y en concreto en aquellas reacciones somáticas (rubor, temblor…) que pueden delatarles. También hay que destacar el elevado grado de perfeccionismo que estás muestran con respecto a su propio comportamiento. Dicho perfeccionismo no esta tan asociado con los aspectos personales como con el perfeccionismo socialmente prescrito. Es decir, aquellos aspectos basados en las expectativas que creen que tienen los demás.

 

Nota- La mayoría de las observaciones han sido extraídas del trabajo de Arturo Bados "Fobia social" (2001).