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ESTABILIZACIÓN DE LA EPIDEMIA MUNDIAL DE TUBERCULOSIS

Salud General
Autor
Organización Mundial de la Salud (OMS)

La TB-XR, el VIH/SIDA y otros obstáculos siguen impidiendo mayores progresos

La epidemia mundial de tuberculosis se ha estabilizado por primera vez desde que, en 1993, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la tuberculosis una emergencia de salud pública. El Informe Mundial sobre el Control de la Tuberculosis, publicado hoy por la OMS, revela que el porcentaje de la población mundial afectada por la enfermedad alcanzó su valor máximo en 2004 y se ha mantenido constante en 2005.

Ahora vemos tanto los frutos de la acción mundial en pro del control de la tuberculosis como la naturaleza letal de su persistencia», ha dicho Ban Ki-Moon, Secretario General de las Naciones Unidas. «En la actualidad se detecta casi un 60% de los casos mundiales de tuberculosis, y la gran mayoría de ellos se curan. En el último decenio 26 millones de pacientes han sido sometidos a tratamientos antituberculosos eficaces gracias a los esfuerzos de los gobiernos y de una amplia gama de asociados, pero la enfermedad sigue matando diariamente a 4400 personas.»

Aunque la tasa de incidencia de la tuberculosis se estabilizó en 2005, o incluso disminuyó ligeramente con respecto a 2004, el número absoluto de casos sigue aumentando lentamente, debido al aumento de la población mundial. No obstante, el ritmo con que aparecieron nuevos casos de tuberculosis en 2005 fue ligeramente menor que el crecimiento de la población mundial. En 2005 se registraron 8 787 000 casos, en comparación con los 8 718 000 de 2004. Se calcula que la tuberculosis causó 1,6 millones de muertes en 2005, de las cuales 195 000 correspondieron a personas infectadas por el VIH.

A pesar de los signos de que la epidemia puede estar atenuándose, hay importantes obstáculos al avance rápido en la lucha contra la tuberculosis. Entre ellos destaca la irregularidad del acceso al diagnóstico y al tratamiento en los países. «Necesitamos hacer frente a este problema, que es parte del reto más general de aumentar el acceso a los servicios de atención primaria de salud. Independientemente de quiénes sean o dónde vivan, todas las personas deben tener acceso al diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis como parte de un conjunto de servicios generales de salud que proporciona múltiples beneficios sanitarios», ha dicho la Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS.

Otros obstáculos importantes son:

La coinfección por VIH. La tuberculosis es una importante causa de muerte en pacientes con VIH/SIDA, y el VIH es la principal razón de que no se alcancen las metas de control de la tuberculosis en zonas donde la infección por VIH es frecuente, y en particular en el África subsahariana, donde el VIH/SIDA sigue alimentando la epidemia de tuberculosis. La colaboración entre los programas de lucha contra la tuberculosis y el VIH es fundamental para reducir la carga de tuberculosis en pacientes con VIH/SIDA, y la carga de VIH en pacientes con tuberculosis. En Informe revela que la realización de pruebas de detección del VIH en pacientes con tuberculosis está aumentando rápidamente en África, pero que son pocos los pacientes con VIH en los que se están realizando pruebas de detección de la tuberculosis. «El año pasado hemos tenido una colaboración sin precedentes entre los ámbitos de la tuberculosis y del VIH, pero es necesario mucho más si queremos lograr el objetivo de proporcionar acceso universal a servicios de calidad para la prevención, diagnóstico, tratamiento y atención de los pacientes con tuberculosis e infección por VIH», ha dicho el Dr. Peter Piot, Director Ejecutivo del ONUSIDA.

Tuberculosis extremadamente resistente. La propagación de la tuberculosis extremadamente resistente supone una grave amenaza a los progresos futuros, y podría poner en peligro incluso algunos de los avances recientes. «Tenemos un plan claro para controlar la tuberculosis extremadamente resistente, pero los países lo están aplicando con demasiada lentitud. La financiación es otro problema. Tan sólo en 2007, serán necesarios US$ 650 millones adicionales para aplicar en todo el mundo las medidas de control de la tuberculosis multirresistente y extremadamente resistente», ha dicho el Dr. Mario Raviglione, Director del Departamento de la OMS Alto a la Tuberculosis. «Además, la amenaza de la tuberculosis extremadamente resistente hace más necesaria que nunca la investigación de nuevas pruebas diagnósticas, medicamentos y vacunas.»

Déficit financiero global. Aunque los fondos destinados al control de la tuberculosis han aumentado considerablemente desde 2002 hasta alcanzar los actuales US$ 2000 millones, en 2007 serán necesarios otros 1100 millones para hacer frente a las necesidades financieras del Plan Mundial para Detener la Tuberculosis 2006-2015. Para los 10 años de vigencia del plan serán necesarios US$ 56 000 millones, de los cuales la mitad serían financiados por los países endémicos y la otra mitad por los donantes, pero los compromisos de financiación actuales indican que hay un déficit de al menos US$ 31 000 millones.

Carencias infraestructurales y de capacidad. En la mayoría de los países con alta carga de tuberculosis, las medidas de lucha contra la enfermedad se ven obstaculizadas por servicios de laboratorio insuficientes y una escasez crítica de personal sanitario.

Si se mantuviera una tendencia sostenida a la atenuación de la epidemia de tuberculosis es posible que el Objetivo de Desarrollo del Milenio consistente en reducir el número anual de casos de tuberculosis se alcanzara antes de la fecha prevista (2015). Pero son necesarios progresos mucho más rápidos para que los países alcancen las metas del Plan Mundial para Detener la Tuberculosis: reducir a la mitad el número de casos y de muertos por tuberculosis en 2015, en comparación con las cifras de 1990.

El Informe revela que las Regiones de las Américas, Asia Sudoriental y Pacífico Occidental se encuentran en el buen camino para alcanzar las metas del Plan Mundial para 2015, al contrario de las Regiones de Europa y del Mediterráneo Oriental. Las metas de la OMS para 2005 (detección del 70% de los casos y curación del 85%) no se alcanzaron por poco: la detección de los casos fue del 60% y la tasa de éxito del tratamiento del 84% a nivel mundial.

Nota:

La Estrategia Alto a la Tuberculosis de la OMS tiene seis componentes:

  • Ampliar y mejorar el tratamiento DOTS de gran calidad.
  • Hacer frente al problema de la coinfección por VIH, a la tuberculosis multirresistente y a otros obstáculos.
  • Contribuir al fortalecimiento de los sistemas de salud.
  • Lograr la participación de todos los profesionales sanitarios.
  • Capacitar a los pacientes con tuberculosis y a las comunidades.
  • Facilitar y fomentar la investigación.

Tuberculosis multirresistente y tuberculosis extremadamente resistente

Generalmente la tuberculosis se trata con una combinación de cuatro antituberculosos convencionales, denominados de primera línea. Cuando estos fármacos no se usan adecuadamente puede aparecer la tuberculosis multirresistente, que requiere un tratamiento más prolongado con los llamados fármacos de segunda línea, más caros y con más efectos colaterales. La tuberculosis extremadamente resistente puede aparecer cuando estos fármacos de segunda línea también se usan de forma inadecuada, por lo que se vuelven ineficaces. Como la tuberculosis extremadamente resistente no responde a los fármacos de primera ni de segunda línea, las opciones terapéuticas se ven muy limitadas y el riesgo de muerte es extremadamente elevado. Tanto la tuberculosis multirresistente como la extremadamente resistente son transmisibles de persona a persona.

El Plan Mundial para Detener la Tuberculosis (2006-2015), presentado por la Alianza Alto a la Tuberculosis en enero de 2006, propone una hoja de ruta para tratar durante los próximos 10 años a 50 millones de personas con tuberculosis y proporcionar tratamiento antirretrovírico a 3 millones de pacientes con tuberculosis y VIH/SIDA, lo cual permitirá salvar unos 14 millones de vidas. El objetivo consiste en reducir a la mitad la prevalencia y la mortalidad de la tuberculosis para 2015, en comparación con los valores de 1990