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El Ministerio de Sanidad y consumo recomienda no broncearse en horas centrales del día ni lanzarse al agua en zonas desconocidas para prevenir riesgos por ...

Primeros auxilios

Las consecuencias de la exposición prolongada al sol, las picaduras de medusas y las lesiones medulares asociadas a las zambullidas son algunos de los principales riesgos para la salud asociados a las vacaciones de verano. En el inicio del mes de agosto, principal periodo vacacional en España, el Ministerio de Sanidad y Consumo recuerda, como cada año, una serie de recomendaciones para prevenir, en lo posible, este tipo de lesiones.

No lanzarse al agua en zonas desconocidas, evitar el consumo de alcohol antes de bañarse, vigilar especialmente a los niños durante el baño, no exponerse al sol en las horas centrales del día, proteger especialmente la cabeza y los ojos, utilizar cremas protectoras y limpiar con agua salada las picaduras de medusas figuran entre los principales consejos que ofrece el Ministerio de Sanidad y Consumo a los veraneantes.

Buena parte de estas recomendaciones están incluidas en el Plan nacional de acciones preventivas de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud que cumple este año su cuarto año de vigencia, y que permanece activado desde el 1 de junio hasta el 1 de octubre.

DIVERSIÓN SIN RIESGOS EVITABLES

A la hora del baño, es aconsejable evitar los riesgos que representan las zambullidas, que provocan cada año más de un 5% de las lesiones medulares que se registran en nuestro país, sobre todo en niños y adolescentes: entre un 80% y un 90% de los afectados por estos accidentes tienen entre 15 y 25 años. Los expertos recomiendan sencillos consejos que minimizan este peligro:

1. No se lance al agua en zonas desconocidas, con poca profundidad o desde una altura elevada o donde pueda haber obstáculos como piedras, ramas o exceso de bañistas.

2. Compruebe cuidadosamente la profundidad del agua antes de sumergirse y evite bucear o saltar en aguas turbias donde pueden no ser visibles otros nadadores y objetos.

3. Introdúzcase en el agua lentamente o tírese de pie varias veces antes de hacerlo de cabeza y, en ese caso, recuerde que los brazos deben situarse en prolongación del cuerpo para proteger el cuello y la cabeza.

4. Tenga especial cuidado con los niños cuando estos estén cerca de aguas recreativas, incluso cuando la profundidad sea pequeña.

5. Evite el consumo de alcohol antes de cualquier actividad en el agua.

6. Adopte conductas seguras en aguas recreativas: usar chalecos salvavidas cuando sea oportuno, prestar atención a las mareas y corrientes y evitar los desagües de piscinas y balnearios.

7. Si se produce un accidente, y ante la necesidad de traslado, hay que inmovilizar el cuello del herido, evitar mover la columna y avisar a un profesional para que acompañe al accidentado, evitando en lo posible los vehículos utilitarios particulares.

En las piscinas deben tomarse precauciones higiénicas adicionales para impedir el contagio de infecciones como conjuntivitis y otitis y se debe usar calzado de goma en las duchas para evitar infecciones por hongos, como el pie de atleta.

En general, también hay que ser precavidos con los cortes de digestión. Lo más recomendable es ducharse antes de introducirse en el agua para facilitar la aclimatación térmica del organismo que evitará cortes de digestión y otras complicaciones.

UN BAÑO DE SOL SALUDABLE

Por otra parte, durante el verano, es cuando más actividades desarrollamos al aire libre pero también es la época en la que los rayos del sol son más dañinos, ya que inciden en la Tierra de forma más perpendicular. Nuestra piel es en esta época más vulnerable a la exposición solar, por lo que una adecuada protección es fundamental para evitar daños sobre la salud, sobre todo porque los efectos negativos de la exposición prolongada al sol son acumulativos.

Algunas de estas consecuencias son quemaduras, insolaciones, afecciones oculares, alteraciones del sistema inmunitario o el envejecimiento cutáneo prematuro. El aumento del cáncer de piel (carcinoma y melanoma maligno) en los últimos años es un claro indicativo de los peligros que comportan estas radiaciones cuando no se toman las debidas medidas de precaución. Según los últimos datos, en 2005 se registraron en España 840 muertes por melanoma, con tasas de mortalidad ajustadas por sexo de 2,24 casos por 100.000 habitantes en hombres y de 1,64 en mujeres. Cinco años antes, en 2000, la cifra de muertes por esta causa fue de 701. El aumento en ese periodo fue del 20%.

No obstante, la mayoría de los efectos adversos de la exposición al sol son evitables siguiendo unos sencillos consejos que recomiendan el Ministerio de Sanidad y Consumo y las organizaciones especializadas:

1. Evite exponerse al sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas), así como exposiciones prolongadas o siestas.

2. Proteja adecuadamente la piel, la cabeza y los ojos con ropa, sombreros de ala ancha o gorros y gafas de sol con protección contra las radiaciones ultravioletas y de diseño envolvente.

3. Utilice productos de protección solar con un factor elevado y adecuados a su edad, tipo de piel y zona del cuerpo. Estos protectores deberán aplicarse 30 minutos antes de exponerse al sol y renovarse cada dos horas y después de cada baño. Sea cuidadoso en exposiciones sobre y en el agua, ya que la radiación puede penetrar hasta un metro en el agua clara.

4. Proteja especialmente a los niños, ya que son especialmente susceptibles a sobreexposiciones al sol en esta época del año. Se debe evitar también que menores de 3 años estén expuestos al sol.5. Si toma medicación, compruebe que no afecta a la sensibilidad a la radiación ultravioleta.

6. No olvide que el riesgo de quemaduras solares se incrementa con la altura (cada 300 metros, aumenta un 4% el poder de las radiaciones ultravioletas).

ATENCIÓN CON LAS MEDUSAS

En los últimos años se ha detectado una especial presencia de medusas en nuestro litoral y, evidentemente, lo más recomendable es evitar entrar en el agua si se detecta su presencia en la playa.

Las medusas tienen unas células urticantes con veneno en su interior, cuando lo liberan, lo hacen para defenderse de algún peligro o capturar presas. Por lo general, la mayoría de los incidentes ocurren por contacto accidental, al pisarlas o al manipularlas, sobre todo por los niños.

Aunque hay excepciones, sus picaduras no suelen ser graves. El contacto con medusas vivas o muertas o con trozos de ellas provoca un dolor y un picor intenso e inmediato y reacciones como enrojecimiento, inflamación y pequeñas vesículas en la zona afectada. Más raros son otros síntomas como náuseas, vómitos y calambres musculares, que sólo se presentan en los casos más graves.

Lo mejor, en cualquier caso es evitar el contacto con medusas, por lo que si se detecta su presencia, se aconseja:

• Tomar precauciones incluso si están en espacios alejados de la zona de baño, ya que la acción de las olas rompe los tentáculos y los trozos flotantes de medusas siguen activos.

No pasear por el rompeolas porque puede haber fragmentos.

• Procurar no jugar en la orilla.

Sacarlas fuera del agua con precaución y sin tocarlas y recoger con cuidado las medusas que se hayan quedado en la orilla.

Si aún respetando todas estos premisas, se sufre la picadura de una medusa, conviene seguir los siguientes consejos:

1. Limpiar la zona afectada por la picadura.

2. No frotar la zona afectada con arena, con la toalla ni con nada que pueda lesionar más.

3. Usar siempre agua salada. No limpiar la zona afectada con agua dulce.

4. Durante 15 minutos aplicar frío sobre la zona afectada usando una bolsa de plástico con hielo. Nunca aplicar hielo directamente a no ser que sea de agua marina.

5. Si hay algún resto de tentáculo adherido a la piel, no realizar movimientos bruscos para desprenderse de ellos, se deben quitar, pero nunca tocar la zona afectada con las manos. Se utilizarán pinzas.

6. Si el dolor es muy intenso o el estado de la persona empeora progresivamente, deberá acudir de inmediato a un centro médico.

Estos consejos están dirigidos tanto a los bañistas como a los submarinistas y a los trabajadores del mar. Se recomienda, por tanto, precaución, ya que el mayor riesgo es no tener conciencia del peligro que puede suponer el contacto con estos animales.