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5 factores clave en el entrenamiento invisible

Bienestar Físico
Autor
Fraternidad-Muprespa

El entrenamiento invisible son todas aquellas prácticas que, sin estar dentro de la actividad física como tal, si influyen en nuestro rendimiento como el descanso, la hidratación, el sueño o la nutrición.

Prestar atención a estas variables nos hará llevar una vida saludable y mantenernos en forma:

  • Descanso: sea cual sea la práctica deportiva que hayamos llevado a cabo necesitamos un tiempo de recuperación. Tenemos que reforzar nuestras dinámicas de descanso para tener una óptima salud muscular, así, si trabajamos nuestra capacidad aeróbica el descanso necesario va de las 24 a las 48 horas. Sin embargo, si nos hemos decidido a trabajar la fuerza y la resistencia ese periodo aumenta y va desde las 24 hasta las 72 horas.
  • Hidratación: el agua es el combustible para el funcionamiento de nuestro organismo. Durante años se ha extendido la creencia popular de que lo adecuado es beber dos litros de agua al día, sin embargo, esa cantidad depende de cada uno y el ejercicio que desarrolle. Para calcularlo, y sin tener en cuenta algunos factores como grado de actividad, multiplica tu peso por 35 y el resultado es la cantidad de agua, en mililitros, que debes tomar.
  • Sueño: si en el primer punto hablábamos de los plazos de recuperación ahora hablamos del sueño, clave para recuperar la energía de cara a nuevos entrenamientos e integrar la información que hemos recopilado. Nuestro cuerpo descansa en la posición horizontal en la que dormimos y nuestra columna, por ejemplo, libera la presión sobre los discos que están entre las vértebras. Asimismo nuestras articulaciones también se relajan e incluso se genera la hormona del crecimiento.
  • Nutrición: una correcta alimentación influye tanto en nuestro rendimiento, como en la reparación del daño muscular que se produce durante el ejercicio físico. Además, ayuda a optimizar los entrenamientos, retrasa la aparición de fatiga, mantiene la composición corporal en óptimas condiciones y reduce el riesgo de lesiones y enfermedades. En el caso de un entrenamiento de fuerza, es positivo ingerir proteínas y algo de hidratos (por ejemplo queso batido con piezas de fruta). Si te has decidido por un deporte aeróbico deberás centrarte en el aporte de hidratos y grasas a través por ejemplo de almendras y un zumo de frutas.
  • Gestión del estrés: es clave en nuestro rendimiento, además de en el propio desarrollo del deporte prácticas como la relajación, el mindfulness o el pilates nos ayudarán en la recuperación de nuestros tejidos, evitando sobrecargas y lesiones.

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