LA FIEBRE

Salud General
Autor
Fraternidad-Muprespa

Se define como el aumento de la temperatura corporal, y por si sola no constituye una enfermedad, si no un síntoma de ella.

Generalmente se considera que hay fiebre si la temperatura corporal supera los 38º, y es un mecanismo de defensa. Al aumentar el calor nuestro organismo combate mejor que los gérmenes que causan la enfermedad. Sin embargo, también la fiebre supone un coste para el organismo, al aumentar el consumo de oxígeno y los requerimientos calóricos.

La temperatura corporal humana se considera normal si oscila entre los 36º y los 37º. Si oscila entre los 37º y los 38 º se denomina febrícula. Cuando es superior a los 40º se llama hiperpirexia, y por encima de 42º se considera que es incompatible con la vida humana.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la temperatura corporal varía a lo largo del año o del día. Lo normal es que a primera hora de la mañana la temperatura sea la más baja, y que en torno a las 6 de la tarde alcance el máximo del día y se considere normal una temperatura de 37,5º. Asimismo que la temperatura corporal de la mujer dependiendo del momento del ciclo menstrual del que se encuentre.

La temperatura inferior a 35º se denomina hipotermia y también puede causar graves trastornos en el enfermo causando incluso la muerte si la temperatura es inferior a los 28º.

La medición se realiza con termómetros que se sitúa debajo de la lengua, en la axila, el conducto auditivo externo o el recto, siendo esta última medición la que mejor refleja la temperatura corporal.

La fiebre se trata con medicamentos antitérmicos que tiene una acción directa sobre el centro termorregulador situado en el hipotálamo. Los fármacos más empleados en el tratamiento de la fiebre son el paracetamol y los antiinflamatorios no esteroideos, como la aspirina. También los corticoides pueden ser eficaces, pero tienen otros muchos efectos que no hacen aconsejable su uso en esta situación. En muchas ocasiones puede ser suficiente con medidas físicas para bajar la temperatura, tales como compresas húmedas o baños fríos.

Se debe acudir al servicio de urgencias si:

  • la fiebre es superior de 40ºC.
  • hay alucinaciones
  • aspecto de enfermo superior al esperado
  • rigidez de nuca, cefalea rebelde o convulsión.
  • abombamiento de la fontanela en un lactante
  • dificultad para respirar (ahogo, respiración rápida o ruidosa)
  • fuertes dolores de estómago
  • existe deshidratación.