HIPERHIDROSIS

Salud General
Autor
Fraternidad-Muprespa

La HIPERHIDROSIS es un exceso de sudoración (secreción de sudor a través de las glándulas sudoríparas de la piel. Su principal misión es la de liberar el calor, si bien también cumple la misión de proteger a la piel de la entrada de microorganismos).

Sin embargo los enfermos de hiperhidrosis liberan una cantidad de sudor mucho mayor a la necesaria por una actividad exagerada de las glándulas encrinas que son un tipo de glándulas sudoríparas, sin que la actividad de estas responda a las condiciones clásicas en las que se produce la sudoración (calor, ejercicio, alimentos picantes, etc...) y actuando de forma impredecible.

Este trastorno puede clasificarse en:

  • Generalizado, cuando se localiza en todas las partes del cuerpo. Son los casos menos frecuentes, y generalmente suele ir asociado a otro tipo de enfermedad como la diabetes o enfermedades del tiroides
  • Local o focal: se localiza principalmente en las palmas de las manos, pies, axilas o incluso en la cara. Es el tipo de hiperhidrosis más frecuente.

Su origen no está bien determinado, si bien se cree que en la mayoría de los casos se puede encontrar en antecedentes familiares por lo que habría que considerar factores genéticos o también un exceso de actividad del sistema nervioso simpático. No es muy frecuente y se calcula que puede afectar en torno al 1% de la población.

Su pronóstico no suele ser grave, si bien esta patología causa al paciente molestias de tipo social y a veces impide realizar ciertas tareas rutinarias al estar ciertas partes del cuerpo constantemente húmedas.

Existen varios tratamientos para esta patología, los más frecuentes son:

  • Antitranspirantes: Los productos que contienen hexahidrato de cloruro de aluminio son la primera línea de tratamiento para la sudoración en las axilas. Los desodorantes no previenen la sudoración, pero ayudan a reducir el olor corporal.
  • Medicamentos: los medicamentos anticolinérgicos, ayudan a prevenir la estimulación de las glándulas sudoríparas, pero, aunque son efectivos con algunos pacientes, estos medicamentos no han sido estudiados tan bien como otros tratamientos y causan efectos secundarios.
  • Botox: la toxina botulínica tipo A (Botox) utilizada frecuentemente en tratamientos estéticos y también para tratar espasmos musculares, tiene otras aplicaciones terapéuticas. En relación a la hiperhidrosis esta toxina se inyecta en pequeñas cantidades en las glándulas sudoríparas bloqueando la acción de las terminaciones nerviosas que inervan las glándulas sudoríparas ecrínas evitando que produzcan sudor.
  • Cirugía: para los casos de hiperhidrosis más graves. Mediante una técnica denominada simpatectomía torácica por videotoracoscopia. El éxito de la intervención dependerá de la zona en la que haya excesiva sudoración, si bien es en las palmas de las manos donde se consiguen los mejores resultados. El índice de recurrencia de la hiperhidrosis después de la intervención quirúrgica está en torno al 50%