
HEPATITIS
La hepatitis es la inflamación del hígado.
La gravedad de la hepatitis dependerá de muchos factores como la causa del daño hepático o de las enfermedades subyacentes que pueda además poseer el paciente.
La hepatitis puede ser causada por:
- infección de parásitos, virus o bacterias (Hepatitis A, B y C)
- el alcohol, ciertos medicamentos o la ingestión de ciertos hongos
- prácticas sexuales de riesgo
- las células del propio sistema inmunológico a veces afectan al hígado y producen la denominada “hepatitis autoinmune”.
Los tipos específicos de hepatitis son:
- Hepatitis A: es infecciosa y se transmite por vía oral y fecal. Se puede dar al comer alimentos no lavados o lavados con agua contaminada, Se da generalmente en países en vías de desarrollo con niveles bajos de higiene.
Tiene un periodo de incubación de dos a siete semanas. En la mayoría de los casos se cura sin tratamiento y los pacientes quedan inmunizados
- Hepatitis B: sérica. Se transmite a través de sangre, saliva, mucosas, sudor semen, secreciones vaginales y a también de madre-hijo a través de la placenta. Es una enfermedad grave que puede convertirse en crónica y derivara a cirrosis, cáncer de hígado o insuficiencia hepática que cause la muerte
- Hepatitis C: el virus produce una inflamación aguda que muchas veces es asintomático. Se calcula que se puede hacer crónica en un 50- 70% de los casos y que un 20% de ella derivará a cirrosis. Se contagia a través de la sangre y raramente de madre a hijo.
- Hepatitis medicamentosa o inducida por fármacos: los analgésicos y antipiréticos son causa común de este tipo de hepatitis, por lo que se recomienda no aumentar más la dosis que lo prescrito y evitar su uso si la ingesta de alcohol es excesiva. También la eritromicina, anticonceptivos orales, clorpromazina y esteroides anabolizantes. Desaparece poco tiempo después de dejar de administrar el medicamento.
- Hepatitis alcohólica: La toxicidad del etanol para el hígado, la susceptibilidad individual a enfermedad hepática y los factores genéticos contribuyen a su desarrollo. Esta enfermedad en su fase avanzada dará lugar a cirrosis.
Los síntomas más frecuentes son:
- ictericia (color amarillento de la piel y los ojos)
- orina de color oscura
- prurito
- fatiga
- pérdida del apetito
- dolor o distensión abdominal
- nauseas o vómitos
Para su diagnóstico el médico realizará una exploración abdominal, analítica que incluya serología viral de la hepatitis, pruebas de función hepática y marcadores sanguíneos autoinmunes y en algunos casos se puede solicitar una ecografía abdominal.
Dado que la hepatitis es una enfermedad contagiosa, se recomienda tomar las siguientes medidas de precaución:
- vacuna (para la hepatitis A y B), para personas en grupo de alto riesgo (personal sanitario, personas con comportamiento sexual de riesgo o usuarios de drogas intravenosas)
- evitar el contacto con la sangre de personas infectados
- no mantener relaciones sexuales sin protección con personas con las que desconozcamos su historial clínico
- lavarse bien las manos
- si se es usuario de drogas intravenosas no compartir jeringuillas con otros usuarios
El tratamiento dependerá del tipo de hepatitis que se padece y de las enfermedades que el paciente pueda además padecer, aunque como regla general se recomienda al enfermo reposo y la prohibición de ingesta de alcohol y drogas que se metabolicen en el hígado. Una buena higiene puede ayudar a prevenir el contagio. Los utensilios personales y de mesa pertenecientes al enfermo, deben ser separados del resto y hervidos durante 15 minutos