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SEGÚN LA OMS LAS ORGANIZACIONES CONFESIONALES DESEMPEÑAN UN PAPEL DE PRIMER ORDEN EN EL TRATAMIENTO Y LA ATENCIÓN DEL VIH-SIDA EN EL ÁFRICA SUBSAHARIANA

Salud General
Autor
Organización Mundial de la Salud (OMS)

Según un importante estudio presentado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la Catedral Nacional de Washington, D.C., es preciso alentar una colaboración más intensa entre los organismos de salud pública y las organizaciones confesionales para avanzar hacia el objetivo del acceso universal a los servicios de prevención, tratamiento, atención y apoyo en relación con el VIH de aquí a 2010.

El informe, titulado Appreciating Assets: Mapping, Understanding, Translating and Engaging Religious Health Assets in Zambia and Lesotho, estima que hoy en día las organizaciones confesionales gestionan entre el 30%25 y el 70%25 de la infraestructura sanitaria de África, pero a menudo la cooperación entre esas organizaciones y los programas de salud pública ordinarios es escasa.

El estudio se centra en Lesotho y Zambia, países que en 2005 tuvieron tasas de prevalencia del VIH del 23,2%25 y el 17%25 respectivamente. Según el estudio, los hospitales y centros de salud cristianos están prestando alrededor del 40% de los servicios de atención y tratamiento del VIH en Lesotho; casi la tercera parte de los centros de tratamiento de Zambia son gestionados por organizaciones confesionales.

De acuerdo con el informe, esas organizaciones desempeñan un papel mucho más importante en la atención y el tratamiento del VIH/SIDA en el África subsahariana de lo que hasta ahora se pensaba. El informe concluye que urge aumentar la coordinación y la comunicación entre organizaciones de distintas confesiones y los sectores público y privado.

"Las organizaciones confesionales son una parte fundamental de la sociedad civil”, ha afirmado el Dr. Kevin De Cock, Director del Departamento de VIH/SIDA de la OMS. "Dado que prestan una proporción nada desdeñable de la atención en los países en desarrollo y a menudo llegan a poblaciones vulnerables que viven en condiciones adversas, debemos reconocer la contribución fundamental que hacen esas organizaciones a los esfuerzos encaminados a lograr el acceso universal."

El estudio piloto fue realizado por los asociados del Programa Africano de Recursos Religiosos para la Salud (ARHAP) en las Universidades de Ciudad del Cabo, KwaZulu-Natal y Witwatersrand en Sudáfrica e investigadores de la Escuela Rollins de Salud Pública de la Universidad Emory en Atlanta. Los investigadores creen que sus trabajos han permitido obtener los primeros datos fiables sobre la medida en que las organizaciones confesionales están prestando servicios de atención del VIH/SIDA en Lesotho y Zambia.

"Los resultados son dignos de confianza, porque están validados por las personas que utilizan los servicios”, ha dicho Gary Gunderson, Director de Interfaith Health Program, de la Universidad Emory.

"La coordinación de los recursos sanitarios de las organizaciones religiosas con los sistemas públicos por medio de técnicas participativas abre una vía fundamental para la salud que puede funcionar de forma generalizada en muy distintas culturas." Los investigadores afirman que la salud, la religión y las normas y los valores culturales definen las estrategias de búsqueda de atención sanitaria de muchos africanos; si los planificadores sanitarios no aciertan a comprender la influencia preponderante de la religión y el importante papel de las organizaciones confesionales en el tratamiento y la atención del VIH, se verán muy perjudicados los esfuerzos encaminados a ampliar los servicios de salud.

El informe aboga por una intensificación del diálogo y la acción entre los dirigentes religiosos y de salud pública en las siguientes esferas:

1 desarrollo del conocimiento religioso y de salud pública: cursos estructurados, capacitación conjunta y material común para mejorar el entendimiento entre las organizaciones confesionales y los organismos de salud pública;

2 compromiso respetuoso: Expansión de los talleres comunitarios (como los utilizados en este estudio) para hacer participar a más organizaciones confesionales en la labor sanitaria en la comunidad; y organización de “sesiones ejecutivas” entre dirigentes religiosos y de salud pública para alentar la colaboración a largo plazo en la planificación y la ejecución de proyectos;

3. coordinación de los sistemas religiosos y de salud: Incrementar el uso de la cartografía sanitaria para localizar a las organizaciones confesionales que puedan ayudar a ampliar los servicios; fortalecer los grupos comunitarios de apoyo y mejorar su contacto con los hospitales, centros de salud y dispensarios públicos cercanos, y

4. aumento de las investigaciones en colaboración: Ampliar la cartografía participativa utilizada en este estudio a otros países africanos y otras regiones de ingresos bajos y medianos del mundo, y seguir analizando la naturaleza de los recursos sanitarios intangibles (estímulo espiritual, conocimiento, entre otros) que ha puesto de manifiesto el informe.

"Estos datos nos exigen seguir estudiando y ampliando este ámbito de actuación. Se trata del primer estudio serio sobre la participación de las organizaciones confesionales en la lucha contra el VIH/SIDA, pero no puede ser el último. Apenas hemos rozado la superficie de lo que sucede y ya ha quedado claro que aún nos queda mucho por aprender”, ha afirmado Ted Karpf, Responsable de relaciones de asociación, Departamento de VIH/SIDA de la OMS. "Los donantes y las entidades que financian la atención sanitaria deben tener en cuenta la función de las organizaciones confesionales. Sin ellas, no habrá esperanza de que el acceso a la prevención, el tratamiento y la atención llegue a ser universal."

En su calidad de autoridad directora y coordinadora de la labor internacional en materia de salud pública, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lidera, dentro del sistema de las Naciones Unidas, la respuesta mundial del sector sanitario al VIH/SIDA. La OMS presta apoyo técnico y basado en pruebas científicas a los Estados Miembros para ayudarlos a fortalecer los sistemas de salud a fin de dar una respuesta amplia y sostenible al VIH/SIDA, incluidos servicios de tratamiento, atención, apoyo y prevención por conducto del sector sanitario.