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NUEVAS DIRECTRICES PARA MEJORAR LA ASISTENCIA PSICOLÓGICA Y SOCIAL EN LAS SITUACIONES DE EMERGENCIA

Salud General
Autor
Organización Mundial de la Salud (OMS)

Varios organismos humanitarios internacionales han acordado una nueva serie de directrices para atender las necesidades de salud mental y psicosociales de los supervivientes como parte de la respuesta a los conflictos y los desastres.

En las Directrices del Comité Permanente entre Organismos (IASC) sobre Salud Mental y Apoyo Psicosocial en Situaciones de Emergencia se señala claramente que la protección y la promoción de la salud mental y el bienestar psicosocial es responsabilidad de todos los organismos y trabajadores humanitarios. Hasta ahora muchos de los implicados en las actividades de respuesta en emergencias han considerado que la salud mental y el bienestar psicosocial incumbían sólo a los psiquiatras y psicólogos.

"Las nuevas directrices del IASC son un paso importante para prestar una mejor atención y apoyo a las personas que se hallan en zonas afectadas por desastres y conflictos en todo el mundo", señaló el Dr. Ala Alwan, Subdirector General de Acción Sanitaria en las Crisis, Organización Mundial de la Salud.

Los recientes conflictos y desastres naturales registrados en el Afganistán, Indonesia, Sri Lanka y el Sudán (entre muchos otros) acarrean un sufrimiento psicológico y social sustancial a corto plazo, que si no se aborda adecuadamente puede dar lugar a trastornos mentales y problemas psicosociales a largo plazo, que a su vez pueden poner en peligro la paz, los derechos humanos de las personas y el desarrollo.

No obstante, según se ha observado, cuando las comunidades y los servicios prestan protección y apoyo, la mayoría de los individuos demuestran una notable capacidad de recuperación. Aunque ello es cada vez más obvio, muchos actores consideran que se necesita un enfoque coherente y sistemático que pueda aplicarse en las grandes emergencias, y las nuevas directrices llenan ese vacío.

Las directrices han sido publicadas por el IASC, un comité que se ocupa de la política humanitaria a nivel mundial y está integrado por los jefes de importantes organismos de las Naciones Unidas y otros organismos intergubernamentales, órganos de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y consorcios de ONG. Las directrices han sido elaboradas por personal de 27 organismos mediante un proceso altamente participativo.

"Las directrices son el fruto de un esfuerzo conjunto de un amplia espectro de actores clave de diversos sectores de la ayuda humanitaria, y nos alegra comprobar el grado de sinergia y compromiso conseguidos", señaló el Sr. Jim Bishop, Vicepresidente de Política y Prácticas Humanitarias de InterAction, consorcio de ONG internacionales con sede en los Estados Unidos.

Las directrices establecen los primeros pasos esenciales para proteger o fomentar la salud mental y el bienestar psicosocial de la población en las situaciones de emergencia. Se identifican las prácticas útiles y las potencialmente nocivas, y se explica cómo se complementan las diversas medidas.

"Las nuevas directrices son un importante paso para proteger mucho mejor la salud mental y el bienestar psicosocial de las personas desplazadas aplicando un enfoque integrado en colaboración con todos los asociados", dijo la Sra. Ruvendrini Menikdiwela, Directora Adjunta de la División de Servicios de Protección Internacional de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Las directrices se centran especialmente en las intervenciones y el apoyo sociales. Resaltan la importancia de aprovechar los recursos locales, como profesores, trabajadores sanitarios, curanderos y grupos de mujeres, para fomentar el bienestar psicosocial. Se insiste sobre todo en fortalecer las redes sociales y en aprovechar los mecanismos que emplean los miembros de la comunidad para hacer frente a las dificultades graves que surgen en su vida.

Las directrices consideran entre otras cosas la protección ofrecida y la atención dispensada a las personas con trastornos mentales graves, sobre todo con trastornos causados por traumas graves, así como el acceso a primeros auxilios psicológicos en los casos de sufrimiento agudo.

Se subraya en las directrices que la manera de proporcionar ayuda humanitaria puede tener gran influencia en la salud mental y el bienestar psicosocial de la población. Es fundamental tratar a los supervivientes con dignidad y capacitarlos para organizar el apoyo de emergencia y participar en él.

La coordinación de la atención de salud mental y el apoyo psicosocial resulta difícil en las grandes emergencias en que participan muchos organismos. Las poblaciones afectadas pueden verse abrumadas por las personas llegadas de fuera, y en algunos casos la contribución local a la salud mental y el apoyo psicosocial se ve fácilmente marginada o socavada.

El Dr. Bruce Eshaya-Chauvin, Jefe del Departamento de Salud y Asistencia de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, señaló que "A fin de conseguir un mejor apoyo psicosocial para las poblaciones afectadas por las crisis, se requiere una acción coordinada entre todos los actores humanitarios, gubernamentales y no gubernamentales. Estas directrices proporcionan acertados consejos sobre la manera de lograr ese objetivo".

"Las directrices deben trasladarse ahora de la teoría a la práctica sobre el terreno, de modo que las personas afectadas por los desastres y los conflictos se beneficien del trabajo realizado con ellas, y las ONG pueden desempeñar un importante papel en ese sentido", señaló la Sra. Manisha Thomas, Coordinadora interina del Consejo Internacional de Entidades Benéficas.

Estas directrices se pondrán al alcance en distintos idiomas y se pueden consultar en el sitio web del IASC.