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Enfermedades alérgicas en primavera.

Salud General

Conocer el nivel de pólenes y seguir los consejos de los especialistas ayudan a las personas alérgicas a minimizar los efectos de la primavera.

 

De la mano del buen tiempo también llega un aumento en el aire del polen y otros contaminantes ambientales que contribuyen a potenciar algunos alérgenos y provocar un incremento de la incidencia de las enfermedades alérgicas. Asma, conjuntivitis o dermatitis, además de otras enfermedades infecciosas, son algunas de ellas, que afectan tanto a los más pequeños como a los adultos. En este artículo se explica cómo prevén los expertos que será la primavera de este año y qué consejos pueden seguir las personas alérgicas para minimizar sus efectos.

En España, hay más de 10 millones de personas alérgicas para las que la primavera no es la mejor estación. Asma, rinitis alérgica estacional (fiebre del heno o polinosis), conjuntivitis y dermatitis son algunas de las enfermedades que, de forma conjunta o por separado, aumentan su incidencia con la llegada del buen tiempo. Se estima que cerca del 80% de todos los casos de asma tienen un origen alérgico y, aunque las personas asmáticas pueden sufrir ataques en cualquier época, son más comunes que se produzcan en este tiempo. La rinitis alérgica afecta al 10%-20% de la población cada primavera y, de estas personas, el 50% tiene conjuntivitis asociada, por lo que también se denomina rinoconjuntivitis alérgica.

Cómo mantener los alérgenos a raya
Para intentar limitar las molestias que acompañan a la primavera, los especialistas insisten en una serie de acciones que hay que evitar. Así, las personas alérgicas deben prescindir de:

  • Ir al campo en épocas de polinización. Se pueden consultar los niveles de polen y los partes meteorológicos en portales web especializados.
  • Cortar el césped o estar cerca de algún parque o jardín donde poden. No tumbarse en el césped. 
  • Permanecer al aire libre los días de sol y viento, ya que confieren una mala combinación para las personas alérgicas, tanto en invierno como en verano. 
  • Que entren en casa partículas alergénicas. Para ello, se debe evitar ventilar la casa durante las horas de sol. Hay que abrirlas al atardecer, pero cerrarlas durante la noche, ya que la concentración de polen es mayor de madrugada. 
  • Alfombras, cortinas, moquetas, mantas de lana, edredones de plumas y otros materiales que retengan polvo. 
  • Los peluches. Hay que sustituir el relleno de los juguetes por unos que se puedan lavar, y hacerlo con frecuencia. 
  • Los animales domésticos, en especial, los de pelo largo. Si se tiene una mascota, los especialistas aconsejan: no permitir que el animal entre en las habitaciones; tener la puerta del dormitorio siempre cerrada; mantenerle alejado de alfombras, cortinas y muebles tapizados; usar aspiradores con filtro HEPA; y lavarle una o dos veces por semana y, después del baño, aplicarle unos productos que ayudan a evitar la descamación del epitelio. 
  • Secar la ropa en el exterior los días de recuento alto de polen, ya que se pueden quedar adheridas partículas de polen. 
  • Ambientes contaminados de humo, tabaco, etc. 
  • Conducir con las ventanas abiertas. Hay que mantener el interior del vehículo limpio, incluidos los conductos de ventilación, y utilizar el aire acondicionado para filtrar el aire que entra en el automóvil. 
  • Viajar en motocicleta, porque aumenta la exposición a los pólenes.

Recomendaciones para personas alérgicas.
Por otro lado, hay algunas acciones que ayudan a las personas alérgicas a sobrellevar la primavera: 

  • Seguir la pauta médica, tal y como la ha prescrito el especialista. Consultar al profesional sanitario en caso de tener que realizar un viaje y tomar las medidas oportunas. No conducir si se toman antihistamínicos, pues provocan somnolencia. 
  • Utilizar gafas de sol lo más envolventes posibles, ya que evitan la entrada de polen en los ojos y alivian las irritaciones oculares. 
  • Ventilar bien el dormitorio y mantenerlo con la temperatura algo baja y seca. Los ácaros del polvo son muy persistentes y se multiplican mejor cuando hay una relativa humedad del aire entre 75% y 80% y una temperatura de por lo menos 21 °C. Son escasos en lugares secos, y mueren cuando la humedad del aire baja de entre el 40% y el 50%. 
  • Usar aspiradores con filtro HEPA, como mínimo una vez por semana por lugares susceptibles de acumular polvo: el colchón, muebles, alfombras, sofás y libros. 
  • Emplear un trapo humedecido para quitar el polvo e, incluso, pulverizar el dormitorio con agua antes de acostarse para que los pólenes se depositen en el suelo. 
  • Eliminar el moho que se desarrolla en cuartos de baño o detrás de los muebles. 
  • Utilizar ropa de cama antialérgica. 
  • Colocar filtros en el aire acondicionado para impedir que el polen entre en casa.

Pacientes alérgicos: ¡cuidado con esta primavera!.
Por las consecuencias que pueden tener las distintas concentraciones de pólenes en la salud de los pacientes alérgicos, desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) pronostican cómo será la primavera. Así, este año notifican que será una estación de riesgo elevado, ya que la cantidad total de polen de gramíneas recolectado es el doble de granos por metro cúbico de aire que en 2012. Además, alertan de que si en mayo llueve poco y las temperaturas son moderadas, la situación puede complicarse más. De la misma manera, la presencia simultánea de varios pólenes alergénicos hace que, en la mayoría del territorio español, el 95% de los pacientes esté polisensibilizado. Solo un 10% de los alérgicos lo es a un único polen. Desde hace más de 15 años, la SEAIC ha demostrado que el conteo de pólenes es una herramienta imprescindible para conocer el nivel de riesgo a que están sometidos los pacientes alérgicos y, de esta manera, poder actuar en consecuencia.

La concentración de pólenes está disponible en la página web www.polenes.com, un portal que se actualiza cada día durante abril a junio y cada semana el resto del año.