Las emociones

Diferencias entre ansiedad y angustia

Salud General
Autor
Fraternidad-Muprespa

 

Por  María Jesús Lillo Martínez y Mónica Martín Gil

                          

La ansiedad y la angustia son términos que solemos escuchar cuando sufrimos un trastorno de ansiedad, pero a veces nos es difícil entender sus conceptos o qué tienen que ver con nosotros, ya que se manifiestan de forma muy  similar en nuestro organismo.

       

No obstante, podríamos matizar las diferencias entendiendo que la ansiedad es una respuesta emocional que responde a un mecanismo de supervivencia ante una posible amenaza (lucha y huida). Por su parte, la angustia es una reacción de miedo intenso desproporcionado al estímulo que lo provoca.

Cuando una persona sufre de ansiedad normalmente está angustiada, esto sucede porque la angustia es un síntoma más de la ansiedad.

La ansiedad es una reacción humana natural que afecta a la mente y al cuerpo. Tiene una importante función básica de supervivencia ya que es un sistema de alarma que se activa cuando una persona percibe un peligro o una amenaza.

                  

Cuando el cuerpo y la mente reaccionan al peligro o la amenaza, una persona siente sensaciones físicas de ansiedad como:

  • La aceleración del ritmo cardíaco y respiratorio, tensión muscular, las palmas de las manos que sudan, un malestar en el estómago y temblor en las manos y las piernas.
  • Estas sensaciones son parte de la respuesta del cuerpo de “huir o luchar”. Están provocadas por un aumento de la producción de adrenalina y otras sustancias químicas que preparan al cuerpo para escapar rápidamente del peligro. Pueden presentarse como síntomas leves o extremos.
  • Como la ansiedad hace que una persona se ponga en alerta, se concentre y se prepare para enfrentar posibles problemas, la ansiedad puede ayudarnos a hacer, lo mejor posible en situaciones que requieren nuestra actuación. Pero la ansiedad que es demasiado fuerte puede impedir que demos lo mejor de nosotros, haciendo que la persona se sienta abrumada e incapaz de hacer lo que necesita hacer.
  • Todo el mundo experimenta sentimientos de ansiedad de vez en cuando. La ansiedad puede describirse como un sentimiento de inquietud, nerviosismo, preocupación, temor o pánico por lo que está a punto de ocurrir o puede ocurrir. Mientras que el miedo es la emoción que sentimos en presencia de una amenaza, la ansiedad es una sensación de peligro, problema o amenaza que está por suceder (peligros futuros).

      

La angustia por su parte, tiene un efecto de inmovilización.  Es un sentimiento vinculado a situaciones de desesperación, donde la característica principal es la pérdida de la capacidad de reaccionar ante una situación. La persona es incapaz de buscar una solución al bloqueo que experimenta, aumentando a su vez la inseguridad y el miedo por pérdida de autocontrol.

 

¿Qué repercusión tienen ansiedad y angustia en nuestra vida?    

  • Cuando el miedo nos domina, nuestro corazón se desboca, nuestro cuerpo se tensa y nuestro cerebro no funciona bien. En ese momento sentimos que nuestra vida peligra y atacamos, nos aislamos o huimos.
  • Ninguna de estas reacciones permite que tratemos a los demás como si los quisiéramos, porque nadie quiere a alguien a quien teme y nadie teme a alguien a quien de verdad quiere. Cuando uno se aleja de los demás, también se aleja de sí mismo y por eso uno en lugar de aprender a quererse, aprende a temerse.
  • Es por ello, que ambas emociones nos alejan de los demás y nos sumen en un estado de sufrimiento que anula el deseo y la capacidad de disfrute de la vida.

      

Comprender la naturaleza de nuestro miedo, ansiedad, angustia nos permite aceptar que es algo inherente a la condición humana, y que cuando la intensidad, frecuencia y malestar generado es tan alto que interfiere en la esfera familiar, social y laboral es preciso consultar a un profesional de salud mental.