Anécdotas de la historia de la Medicina

Armando Segurado García.

Corría el año 1945, en una Europa devastada por la guerra más atroz de la que tiene memoria la Humanidad. Ciudades destruidas hasta los cimientos. Millones de personas muertas. Desplazamientos masivos de población sin sustento ni alojamiento, vagando por los campos y ciudades. Muchos de ellos supervivientes  de campos de exterminio nazis. Los años siguientes verían un aumento exponencial de la mortandad por enfermedades  infecciosas, desnutrición, etc.

Prisioneros ingleses procedentes de los diversos campos de concentración alemanes, comienzan a retornar a Inglaterra, donde son atendidos por médicos en las instalaciones de recuperación que el sistema de salud británico ha puesto en marcha.

De pronto salta la voz de alarma. Centenares de soldados han sido sometidos a los mayores horrores por la vesania del terror nazi. Pacientes con graves fracturas de brazos y piernas  han sido tratados como conejos de indias en investigaciones médicas,  metiéndoles en los huesos clavos, Dios sabe con qué terrible finalidad.

Poco a poco y en congresos de cirujanos, se va conociendo la verdad. En este caso los médicos alemanes, liderados por el Dr. Gerhard Kuntcher han desarrollado un nuevo método de fijación de las fracturas, el denominado enclavado intramedular, con resultados excepcionales, en una época en la que la cirugía de los huesos está todavía en sus albores.

La técnica descrita, extendida hoy día a todo el mundo, es el tratamiento fundamental de las fracturas de los huesos largos, con resultados sistemáticamente buenos, habiendo cambiado por completo el pronóstico de curación de estas lesiones y de la recuperación funcional de los lesionados.

Sirva este pequeño artículo como homenaje al Dr. Kuntcher  y a todos los médicos que en situaciones de conflicto, anteponen los principios de Hipócrates a cualquier otra consideración.