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21 DE DICIEMBRE: DÍA NACIONAL DEL NIÑO EN LA LUCHA CONTRA EL CÁNCER

Salud General

  

A petición de la Federación Española de Padres de niños con Cáncer, el Ministerio de Sanidad acordó la declaración como Día del niño contra el cáncer el 21 de diciembre.

Cuando hablamos de cáncer infantil englobamos todas las enfermedades neoplásicas que afectan a los niños. Cuando a un niño se enferma por cáncer, él y su familia deben hacer frente a una grave dolencia, por eso es importante no solo combatir esta enfermedad sino también tratar a sus familiares mediante atención psicológica y nunca negar la información

El cáncer es una enfermedad que en muchas ocasiones acaba con nuestra vida y, aunque es poco frecuente, se trata de la causa de mayor mortalidad en los niños entre los 5 y 14 años y la segunda causa entre los niños de 15 a 24 años, después de los accidentes.

Generalmente aparecen cánceres que relacionados con células de la sangre (leucemias), aunque también se pueden producir en otros órganos.

El cáncer infantil es curable casi en un 75%. Debemos hacer que este porcentaje aumente.El Día Nacional del niño con cáncer quiere concienciar a la sociedad de esta enfermedad, realizándose actos para ello por las asociaciones de familias de niños con cáncer de toda España.

Y es que todos los niños y adolescentes españoles con cáncer tienen que tener las mismas oportunidades de curación, independientemente del lugar en el que hayan nacido, siendo su tratamiento en unidades especializadas de Oncología Pediátrica, tratados por pediatras que les ofrecerán los cuidados que como niños enfermos necesitan.

El futuro está en obtener unos resultados favorables para todos los grupos de pacientes, mejorando el tratamiento, con unas pautas terapéuticas efectivas, pero a su vez menos toxicas, y que presenten menos efectos secundarios.

Es fundamental recordar que cuando a un niño se le diagnostica de cáncer, se ve obligado a crecer para afrontar la situación que está viviendo, y es importante no olvidarnos que son niños, y que debemos dejarles, en la medida de lo posible, jugar y relacionarse. Debemos tener expectativas de futuro iguales a las de los demás, considerando la enfermedad como un paréntesis en sus vidas.